jueves, 9 de julio de 2009

LLEGARON LAS FACTURAS DE GAS NATURAL

Lo habíamos adelantado en un clip de video de mi programa de TV hace un mes. Las facturas de gas natural estaban demoradas por las elecciones, ya que los grandes aumentos podían incidir en el humor de los votantes. Ahora llegaron las facturas con vencimientos corridos en más de diez días del mes de julio y los grandes medios periodísticos descubren un hecho que ya se sabía desde el vencimiento del bimestre anterior.
En mi caso personal, jubilado que vive en una casa de clase media de 150 m2 con su esposa y en el sur de la provincia cerca del mar (no usamos aire acondicionado en verano pero la calefacción es imprescindible para nosotros) he ahorrado gas por el temor al monto de la factura, consumiendo el 42 % menos que el año pasado en el mismo bimestre. No obstante, el monto de la factura es del 82 % en más y de haber consumido la misma cantidad de m3 el aumento hubiera sido del 218 %, teniendo que pagar 3,18 veces la factura del año anterior.
La explicación es simple pero parece que los políticos no la entienden, aunque en la sesión de ayer del Senado Nacional el bloque oficialista tuvo que hacer malabares para detener la ofensiva opositora a la que se plegaron algunos leales, pasando a estudio de las comisiones este tema y proponiendo tratarlo después del receso por la gripe A.
Luego de muchos años de despilfarro del gas que se venteaba en el sur o se consumía de más porque era barato, nos encontramos que ahora no nos alcanza y tenemos que importar. Parte del gas importado viene de Bolivia, nuestro amigo Evo nos cobra el precio internacional, y otra parte se importa como gas licuado en barcos especiales que llegan al puerto de Bahía Blanca, donde en plantas adecuadas se regasifica y se envía al gasoducto que lo transporta hasta nosotros. El precio que se paga por este gas es entre 5 y 8 veces el valor que se paga a las empresas que lo extraen en nuestro país.
Con tarifas congeladas durante casi una década no hubo inversiones en explotaciones nuevas ni en sistemas de transporte y la ecuación económica no cerró más, ni con los susidios que el Estado manejó a discreción en los últimos años.
En septiembre y en noviembre del año pasado hubo dos ajustes tarifarios que produjeron un aumento del 66% del valor del m3, si se compara este bimestre con el equivalente del año anterior ($ 0.135 a $ 0.224 el m3 consumido)
Además, por decreto 2067/08 se dividió a los consumidores residenciales en tres categorías: R1, R2 y R3 de acuerdo a una tabla de consumos que varía en las distintas regiones del país de acuerdo a su clima. Posteriormente, se dividió a la categoría mayor en cuatro subcategorías R3-1, R3-2, R3-3 y R3-4.
Por este decreto se constituyó un fondo fiduciario (capital integrado para un fin específico) con el objeto de juntar fondos para pagar el gas importando, poniendo un cargo a los consumos R-3, que en el caso de la subcategoría mayor llega a $ 0.270 por m3 consumido, es decir 5 centavos más que el mismo valor del gas y al que además se le carga el 27 % de IVA.
Se determina la categoría del consumidor sumando el consumo del actual bimestre a los cinco bimestres anteriores, lo que significa que por más que ahorremos ahora pagaremos el cargo por el consumo del año pasado.
Los cargos para las categorías R3-1 y R3-2 han sido suspendidos hasta octubre pero los comprendidos en R3-3 y R3-4 pagan el cargo completo en este mes. Resultado: aumentos de tres a cinco veces el valor de la factura con respecto al 2008.
En mi caso personal estoy justo en el límite de la categoría mayor lo que me convierte en gran consumidor, casi con chapa de millonario, comparable a los dueños de casas con piletas climatizadas o con calefacciones sofisticadas para el invierno.
Escribo esta nota y la voy a enviar a muchos dirigentes para que busquen una solución a este atropello del Ministerio de Planificación a las leyes y el sentido común que debe regir los actos de gobierno.

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