miércoles, 26 de agosto de 2009

REPÚBLICA Y FEDERALISMO

Nuestra nación está organizada sobre la base de un sistema republicano y federal. ¿Es esta afirmación cierta?

Para que podamos considerar nuestro sistema como verdaderamente republicano debe existir una real independencia de los tres poderes que constituyen el estado y tenemos demasiados ejemplos de circunstancias que nos hacen dudar de este precepto. En un sistema hiperpresidencialista, donde las facultades del primer mandatario le permiten fijar los períodos de sesiones del congreso y los temarios a tratar durante varios meses del año, dictar indultos o conmutación de penas y controlar las finanzas por delegaciones del congreso, la independencia del poder legislativo y de los jueces es relativa.
Si una ley, independientemente de su contenido, es aprobada por unanimidad por ambas cámaras se convierte en la opinión de los representantes de pueblo (los diputados) y de las provincias (los senadores). Si el presidente la veta, tiene el derecho constitucional, está violando la representatividad del congreso.
El veto a la ley de protección de los glaciares y el del artículo 4 de la ley de emergencia agropecuaria son ejemplos de esta afirmación. Cuando el poder ejecutivo dictamina que una ley es inaplicable está remarcando que la tarea desarrollada por los representantes ha sido incorrecta. Y cuando los representantes admiten que votaron una ley sin haberla leído el descrédito es aún mayor.
Quizás hubiera sido menos conflictivo el lograr, mediante una redacción consensuada, una reglamentación que subsanara errores y que nos evitara un nuevo conflicto de dos poderosos enfrentados que ponen a toda la ciudadanía en problemas: los productores rurales que acusan al gobierno de monarquía y los que gobiernan que no reconocen los problemas que vive el interior del país con la paralización del campo.
Los que no tenemos ni una maceta sembrada con perejil y que no tenemos ningún poder seguiremos viviendo esta desmesura y esta enfrentamiento que lleva más de un año y que nos afecta a todos.

El federalismo se basa en la independencia económica de las provincias y para ello se necesita una distribución de los impuestos de acuerdo a las normas constitucionales y al uso y costumbre de la aplicación de las leyes de coparticipación. Si el gobierno central se queda con el 70 % de los impuestos y distribuye los fondos de acuerdo a su interés económico y político, las provincias se ven ahogadas, entran en déficit, solicitan el no cumplimiento de las leyes de responsabilidad fiscal y tienen problemas para pagar los salarios de los empleados públicos y para cancelar compromisos fundamentales para la financiación de la obra publica. El hiperpresidencialismo transforma nuestro sistema en unitario y centralista.

Concluimos que mucho nos falta para cumplir adecuadamente con una respuesta afirmativa a la pregunta del comienzo. Y debemos agregar que la población está harta del clima de irritación, de agravios, de malas palabras, de actitudes soberbias de los unos y de los otros. Nótese que en este texto he evitado el uso de las mayúsculas que las normas imponen, es que es muy minúsculo el respeto que merece gran parte de nuestra dirigencia,

jueves, 20 de agosto de 2009

domingo, 9 de agosto de 2009

TODOS HABLAN DE LA POBREZA…

Todos hablan de la pobreza pero poco se hace para erradicarla. En un país productor de alimentos para 300 millones de personas, un tercio de su población se encuentra bajo la línea de pobreza, lo que significa 15 millones de habitantes y más de 5 millones tienen problemas de subsistencia por falta de alimentación.
Podríamos discutir estas cifras porque el INDEC habla de un 16 % de pobres y las estimaciones privadas suben este estimado al 36 %. ¿Acaso importa esa diferencia en un país donde las estadísticas están tan distorsionadas que nadie cree en ellas? Pero es indiscutible que la pobreza aumenta con la caída de la economía y que la distribución del ingreso es cada vez más inequitativa. Un pueblo que se empobrece y una clase dirigente formada por políticos, empresarios y gremialistas que amasa fortunas y concentra la riqueza en muy pocas manos.
En los últimos días se ha puesto de moda hablar de la pobreza y vale la pena reseñar algunos conceptos.
- La Pastoral Social plantea un documento denunciando la pobreza en nuestro país y calcula en un 33 % la cantidad de pobres, “exhortando a los dirigentes a cambios profundos”
- La Asociación Empresarial Argentina que agrupa a industriales, banqueros y productores prominentes en su documento plantea como “ meta fundamental una drástica reducción de la pobreza”
- El Presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcatti, corrió por izquierda al gobierno hablando de ”los pobres que ellos conocen muy bien” en un planteo sumamente discutible por razones económicas e históricas.
- El Papa en una exhortación al pueblo argentino para que contribuyan a la colecta Más por Menos de Cáritas dice que “ se debe reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social”
- Un nervioso Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, responde que “ no es una novedad y que siempre los Papas condenan la pobreza”
- El ex Presidente Néstor Kirchner, quien cobra $ 300.000 por año de jubilación de privilegio y que obtiene un 12 % de interés en dólares de sus depósitos a plazo fijo, opinó que “ el Papa tiene Razón” y que todo el problema se debe a la crisis internacional.
- El Cardenal Primado Jorge Bergoglio en la Parroquia de San Cayetano dijo que “ existe la sensación que la situación está empeorando y no se ven políticas públicas para revertirla”
- El Gobernador Daniel Scioli ha hecho un enunciado político económico muy novedoso, si se lo toma con humor, diciendo que “la pobreza se combate con inversiones que generen empleo y mayor riqueza para distribuir”

Una vieja canción italiana decía PALABRAS SON SÓLO PALABRAS y ésta es la sensación que nos rodea. La clase dirigente no se pone de acuerdo, están todos inmersos en peleas de poder o de negocios y los sumergidos, los abandonados, la mayoría silenciosa de los humildes, tratan de sobrevivir como pueden.
La pobreza, la marginación social, la droga, las enfermedades endémicas, la falta de educación y de futuro se combaten con políticas de estado. Estos señores gordos y millonarios no están dispuestos a perder su precioso tiempo consensuando decenas de proyectos que duermen en los cajones del Congreso esperando su tratamiento ante la opinión pública.
Algún día dejaremos de usar a los pobres con fines políticos y trabajaremos para ayudarlos.