domingo, 10 de febrero de 2013

NECOCHEA CON UN DESTINO TRÁGICO


Nuestra querida ciudad sufre de circunstancias que desde hace años nos detienen, nos impide el desarrollo y nos diferencia de nuestros vecinos más cercanos que siguen para adelante con la unión de todos sus ciudadanos.
Circunstancias trágicas como varias muertes en accidentes viales o luchas intestinas de partidos políticos  que traen enfrentamientos y divisiones a nuestra sociedad son las principales razones de este estancamiento.
Podríamos repasar la historia de nuestros gobernantes comenzando por la muerte en la ruta del delegado municipal, mal llamado intendente, Norberto Echegoyen que fue suplantado por otro colaborador de los militares, quien ocupó el llamado sillón de Murga en dos oportunidades, Alberto Percario.
Vuelta la democracia fue electo Intendente el joven abogado Domingo Taraborelli, quien con sus aciertos y errores consiguió el apoyo popular y fue reelecto cuatro años más tarde. Pero el destino trágico metió la cola y Coco falleció también en un accidente.
Asumió como Intendente el primer Concejal de la lista, Alfredo Vidal hermano de José Luis, actual Presidente del HCD. A poco de andar y sin esperar la renovación de autoridades Vidal fue destituido y asumió el segundo Concejal Julio Magnaterra, sin que mejorara la situación política y económica del distrito.
Viene luego el período de mandato de José Aloisi y los dos mandatos del Dr. Julio Municoy, estos plagados de renuncias (hubo dos Intendente Interinos más) quien privilegió cargos provinciales al destino de nuestro distrito.
Ocho años más tarde cambia el signo político y asume el Dr. Daniel Molina, quien llevó a cabo un aceptable primer período de cuatro años, pero que se dejó estar y volvimos a quedarnos sin el necesario empuje para avanzar luego de su reelección.
En ese tiempo emergía una figura política de gran proyección, el Dr. Gastón Guarracino, dos veces Senador Provincial, funcionario de los gobiernos provincial y nacional y secundado por un equipo importante en su preparación para gobernar la ciudad. Pero una noche también perdió la vida en la ruta. Se desmoronó un proyecto político y esto dejó el campo propicio para que ganara el radical devenido en cristinista al amparo del apabullante triunfo de la Presidente, el actual Intendente Horacio Tellechea.
 Los hechos demostraron que no había más proyecto que el de traer obras con fondos nacionales y que el Intendente se rodeó de funcionarios ajenos a nuestros pagos y de dudosa honorabilidad, lo que trajo como consecuencia irregularidades que fueron detectadas por el HCD y por el H. Tribunal de Cuentas de la Provincia. Final anunciado: otro Intendente destituido y un vació de poder con final incierto.
Podremos algún día los necochenses tener un gobierno con apoyo popular, que convoque a todas las fuerzas vivas al desarrollo de nuestra comunidad?
Los agravios y enfrentamientos actuales no auguran un cambio de nuestro destino.

                                                                    CARLOS ALBERTO VEIGA